Durante nuestra estadía en la hermosa Cartagena en noviembre de 2012, varios lugareños con los que interactuamos nos preguntaron si ya habíamos visitado a Baru. Nos hablaron de playa paradisíaca, tranquila y del verdadero paraíso del caribe colombiano, continental al menos 😉 .
Inmediatamente nos pusimos a averiguar como ir, y notamos que bien cerca de la torre del reloj, la entrada principal a la ciudad amurallada de Cartagena, estaban las oficinas del puerto para comprar los tickets a Baru.
Hay varias lanchas que te llevan, básicamente el servicio consiste en lo mismo para todas.
- Ida y vuelta en lancha a Playa Blanca, Baru
- Parada intermedia para hacer snorkling en un lugar maravilloso 😉
- Almuerzo (pescado frito, patacones fritos y arroz) exquisito
Con estas características nada puede salir mal, aventura, buena comida y relax. 😛 Sacamos pasajes ahí mismo y partimos a las 8 de la mañana. El precio de la excursión es de 25 dólares, nada mal para pasar todo el día y con almuerzo incluído 😉 .
Partimos en la lancha con el personaje del conductor, que se la pasaba boludeando a todos los pasajeros, pero con muuuy buena onda e íbamos dejando atrás la miami colombiana (?) hermosa Cartagena.


Al principio, pensábamos que la lancha iba tranqui, que era así el paseo, pero cuando salió de los límites portuarios, asumo, incrementó su velocidad para pasar uno de los momentos más divertidos. Saltábamos como canguro en celo (?).
A la media hora de la salida aproximadamente llegamos a este lugar increíble, de agua cristalina y llena de corales para hacer snorkling un buen rato. Te entregan el equipo de antiparras y te tirás directamente desde la lancha. La fauna nos dejó a todos boquiabiertos. Innumerable cantidad de peces de todos colores.


Una hora y media después aproximadamente llegamos a Baru, que yo pensaba que era una isla, pero también se puede llegar en auto, porque es continental.
El lugar es paradisíaco, hay gente pero no tanta como para congestionar la playa que es bastante extensa. Nosotros al bajar nos alejamos un poco de la zona de «desembarque» y pasamos un día genial. Se pueden hacer actividades acuáticas, con costo extra, pero hay banana, saltarín en el agua, jet ski, y un sin fin más de actividades que pueden disfrutar los más chicos también.
Esas «carpitas» azules que se ven, se alquilan pero en base a consumiciones, como en brasil las sombrillas, super práctico y no te roban como en nuestra querida costa. Nosotros pagamos el día de la carpita tomándonos un buen par de birras y ostras con limón.
Cerca de la 1 de la tarde fuimos a almorzar con el grupo de la lancha a una casona sobre la playa en la punta. Comimos un fresquísimo pescado frito con patacones, que los amo y una ración de arroz blanco, tranqui.
Volvimos a nuestra carpa y habían aparecido unos pequeños personajes locales que nos han hecho reír muchísimo.
Había algunos puestitos simpáticos que vendían camarones bien frescos. #TrancaStyle
El agua, como les decía, turbia…
Caminatas y relax garantizado y con muy poca gente 😉 .